martes, 1 de mayo de 2012

120501 Cabañeros – El Chorro – Rocigalgo – cuerda de la Sierra fría

01/05/2012 Cabañeros – El Chorro – Rocigalgo - cuerda de la Sierra Fría
   Nueva entrega de nuestro deambular por las sierras y senderos nacionales.

¡Que palabra...! Nacionales. La de significados que podemos darle...

En este caso nacionales de nación, osease, de España, ...Y que lastima tener que aclararlo para que nadie interprete lo que no queremos decir. ¡En fin!

Cuando llevo muchos días intentando descubrir o definir que ruta es la mejor o mas vistosa, o mas adecuada, o mas lo que sea... siempre viene mi querida Ita en mi ayuda y da luz a lo que soy incapaz de ver.

Buscaba una salida no muy distante de nuestra casa, y algo original, pero era incapaz de dar con ese ‘extra’ que los compañeros de camino agradezcan, y que les aporte algo mas a parte del camino. Y descubrí que es cierto que la ofuscación, es la mejor venda para dejar de ver.

¡Menos mal! ...que llego mi santa esposa en mi ayuda y en 5 minutos se fijo en esta ruta que os aseguro, os encantará.
Tiene emoción, agua, cascadas, sierra, fauna, flora y algo de aventura para los nanos.
     Discurre por el Parque Nacional de Cabañeros, que si nos despistamos, nos lo convierten en campo de tiro para nuestra querida aviación de guerra.
Concretamente, la franja por la que nos vamos a mover depende del pueblo de Los Navalucillos en Toledo, población que deberemos atravesar para llegar a una zona de recreo llamada ‘Las Becerras’ (N39º39’20,222 // W 4º40’13.33”), y que no me voy a detener en describir, pero que para una barbacoa familiar... ¡Apuntaos el nombre del sitio!
Consejo; si tienes un coche tuneado, con spoilers, amortiguación de compresión variable, pintura tricapa nacarada, llantas de 20 pulgadas y neones en los bajos,... venid en un Ibiza de algún colega que el camino, una vez cogido el desvío de las Becerras hasta la caseta de información del parque (N39º34’31.65” // W4º39’26.09”), os desmontara todos los extras que no vayan soldados al vehiculo.
Segundo consejo; Si queréis aparcar con sombra venid temprano, ya que son muy pocos los sitios techados para poder dejar el coche.
    
             Una vez aparcado el vehiculo, debéis pasar obligatoriamente por la caseta de información, donde tendreís que  dejar los datos de alguno de vosotros para control de los visitantes, ya que es parque natural y reserva nacional.
       Además os darán un plano del citado parque, y os explicaran las rutas actuales y futuras.
       También os facilitaran el plano explicativo de una visita autoguiada, con puntos determinados para disfrutar del parque con mas detenimiento.
         Los puntos están establecidos en la ruta con postes numerados.
         Entre los datos que las guías os darán, hay una información puntual de varios pasos de la ruta y de la dificultad de la misma. Importante la advertencia de que tanto para ver la Chorrera Chica, como para encaminarse por el buen rumbo al Rocigalgo, hay que cruzar el rio. No os digo mas, pero que no se os olvide.
       Mi consejo es que las escuchéis detenidamente, pues saben que mas de uno a intentado cosas nuevas y han salido mal.
         Por cierto, hasta el año pasado había que solicitar permiso al ayuntamiento o a la oficina de turismo para poder realizar esta ruta, pero la crisis llega a todos sitios, y cuando llame para solicitar los permisos pertinentes, me comunicaron que la diputación provincial había cerrado las oficinas de turismo locales, y que ahora, con presentar el D.N.I. en esta caseta, nos vale como autorización, así que ya solo nos queda empezar a andar.    
           Como siempre, la foto de inicio y en la que veréis bastantes caras nuevas, lo que nos alegra y nos anima a continuar.
         Parece que el senderismo cada día tiene mas entusiastas, y si encima son amigos, ya solo nos falta un día como apuntaba hoy.
        ¡Ojo! Apuntaba... aba... aba... aba...
       Nuestra ruta tiene alguna variación con la estándar que habíamos visto en la red. Como nos gusta experimentar, de vez en cuando, descubrimos que después de subir al Rocigalgo, se puede intentar volver por la cuerda Este que es la de la Sierra Fría, y como nuestros nanos ya estas echando piernas, decidimos que ya es hora de publicar una ruta, que aunque no es original, al menos esta prácticamente indocumentada en la www.
      Al final, la ruta tiene una distancia de unos 21 Km, y tardaríamos unas 9 H., pero hay que decir en nuestra defensa que se nos presento con mas dificultades de las previstas además de que el tiempo no nos acompaño.  Hoy la recordamos como divertida, pero a ratos, nos toco sufrir. Sobre todo en la cima del Rocigalgo.     
   Partimos hacia la derecha de la caseta, donde encontramos este acceso entre don monolitos de ladrillo. ¡Ojo!, que hay una cadena que cruza de columna a columna.      
        

Veréis el cartel de la ruta al Chorro, y ¡a caminar! y disfrutar de este recorrido... O al menos, es lo que pensábamos...
      Hasta el Rocigalgo, que es la ruta oficial mas larga, el sendero esta indicado por postes como este.
     No hay pérdida, y menos en estos primeros metros que es pista y que hasta la caseta de la toma de agua, debe de estar transitada por vehículos.
       Particularmente, lo que menos me gustó fue ver un par de tramos que, literalmente, están alicatados como si fueran un cuarto de baño rustico. Además están solados en piedra lisa, así que si llueve, deberéis llevar crampones para no resbalar.

Por otra parte, este modelo de losa, no esta a juego con las cenefas de las paredes, ni con el cromado de la grifería...
Cruzamos el arroyo de la Arañosa por este puente que debe ser el responsable de la plaqueta, ya que en el siguiente se daban las mismas circunstancias.
Vista del tramo que llevamos.
 
Como nota, os aviso que hasta la caseta de la toma de agua, no tendréis apenas desniveles significativos, siendo muchos los tramos en los que vamos llaneando, y nulas las incidencias reseñables.
Una bonita vista del recorrido del arroyo del Chorro.
...Y Jesus que estas primeras horas del día echo de menos haber sido mas previsor con la ropa de abrigo.
Lo cierto es que el sol era engañoso, al igual que el cielo despejado.
Aunque apuntaba lluvias, nos arriesgamos a salir por si el hombre del tiempo se equivocaba.


Las lluvias de los últimos días habían dejado un verde intenso en el musgo.
Por cierto... aquí no podéis coger rocas con musgo para la parcela del chalete de la urbanización  "Monteloquesea...."
     Como os pillen os va a salir mas cara la multa que comprar la piedra.
Seguimos por la ruta disfrutando del paseo.
El segundo tramo alicatado. Y seguimos sin entender que sentido tiene ponerle losetas al campo.
Lo mismo, mañana, le dan una manita de ‘gotele’ a los robles, o pintan de fucsia el musgo...
Lo que si podían haber puesto es unos pasamanos de forja toledana en los bordes del puente.
Eso, y unos bancos de piedra recubiertos de mampostería a juego con el pavimento.
El caso es que cruzamos el arroyo del Chorro, al que acompañaremos hasta su nacimiento en el collado del Chorro.




  ...¡Vamos a lo nuestro que es ir en el coche de San Fernando!, o lo que lo mismo, un rato a pie y otro caminando.
    Vimos varias de estas mini presas provisionales.
Pensamos que su cometido podría ser la de  crear alguna zona de baño en verano, pero bien pensado y después de los visto en el Ponton de la Oliva, pueda ser que sea la manera de retener caudal para el suministro  de aguan durante el verano.
Toda esta parte del trayecto  esta sembrado de alcantarillas que aunque necesarias, se nos hacen fuera de contexto.
Se nos echa la hora del bocata encima, así que el arroyo nos parece un buen sitio para descansar un rato y reponer fuerzas.
No se si esto esta permitido, ya que aunque estamos al lado mismo del camino,  y en esta parte no hay tomas de agua para la población, técnicamente estamos fuera de la senda.
Llegamos a la caseta de la toma de agua, donde el poste nos señala el camino hacia el Chorro.
A partir de aquí, se acaba lo fácil.
Esta escalera nos avisa que el monte es el monte, y si no... no haber venido.



Pero la recompensa esta en que también cambia el paisaje y abandonamos la monotonía.
La senda se estrecha...,






El firme ya no esta alicatado, ni mucho menos...


...Pero es mas divertido.

        


Atravesamos   siniestros bosques...
Con árboles lúgubres que parecen decirnos;
.- “¿Y tu?, ¿De quien eres?...”
.- “Yo soy sobrino del Pedro el Cartero, pa servirle a usté”
.- “¿No serás de Madri?”
.- ¿Por qué lo dice?”
.- Porque os dejáis las puertas abiertas.
Cuando me lío con las tontunas, no paro. Es que me acuerdo de, cuando de pequeño iba al pueblo de mi tío, cada vez que pasaba por delante de una viejecita fúnebre y enlutada siempre me preguntaban lo mismo.
Por cierto; El dicho que nos hace famosos a los madrileños por lo de dejarnos las puertas abiertas, no se debe a una mala costumbre ancestral. El origen se debe a que tanto la puerta de Alcalá, la de Toledo, Puerta de Hierro, etc..., son todas puertas abiertas, y eso nos dio la fama.


Llegamos al desvío del Chorro.
Nos encontramos con este ‘sestil’, que no se si deriva de nuestra famosa siesta o no.
El caso es que los pastores aprovechaban las oquedades naturales para protegerse del calor o de las inclemencias. A veces como en este caso, levantaban muros de piedra y los utilizaban para madurar el queso, protegiéndolo de los animales.



     En seguida encontramos esta pasarela que nos llevara a presenciar el chorro y de paso protege el mismo de los desatinos turísticos.




   Gracias a las lluvias de los últimos días, pudimos disfrutar de una buena postal.


    
    Dejamos la foto de Adrián y M. Jose que hoy se animaron a salir con nosotros.




 










La de Javi en compañía de Diego Esther y Diegui
 



Y Elena y Mario junto con Chelo, Jesus e Irene
Nos vamos que queda mucho trecho...


...Y el tiempo amenaza con cambiar...
Para mal...
Esta foto me sirve para ilustrar 2 cosa;
1º.- Los desniveles que ya vamos superando y que nada tienen que ver con el tranquilo inicio del camino.
2º.- Que el rojo es uno de los colores que mas destacan, y que por lo tanto habrá que tenerlo en cuenta para el tema de las camisetas.

Nueva cuestecita.

Que bonito nos resulta ahora el alicatado de los puentes...


Nuevo poste indicativo, y cuidado, porque aunque esta claramente señalizado...
...Y el ancho camino parece repuntar bordeando por delante la roca del vértice...
...Girad la cabeza hacia la derecha y veréis el paso entre dos hitos.
El bueno, es este caminito estrecho entre dos montoncitos de piedra.
Pasamos por un canchal o pedriza.
¡Ojo a los tobillos!, y si oís ruido por encima de vuestras cabezas,... ¡Corred!. En sitios como este hay mucha facilidad de desprendimientos y una piedra pequeña puede convertir esto en avalancha.
Vista atrás y parece que el mandril nos va a mostrar a Simba el nuevo rey leon.


Nos vamos acercando a 'Las Cornisas’ un paso divertido pero peligrosillo

Toda esta roca que vemos esta bastante húmeda y es conveniente ir con cuidado.
 Un buen refugio para haber coincidido por aquí cuando...
¡Mirad el cielo!
Se nos esta poniendo la cosa oscura...


...Y, a ratos, negra...
Pero no creemos que vaya a llover...



Llegamos al paso de las cornisas, que está totalmente empapado por el agua que aun surge de las grietas de la roca procedente de las lluvias de anoche.

Deberéis de extremar las precauciones, ya que la caída es considerable.



Creo que la cadena no llevara instalada más de un año. Nosotros agradecemos el detalle, pero insistimos en que tengáis cuidado.
No deberéis tener mayor dificultad.
Este paso nos convenció de que acertamos de pleno al elegir esta ruta.
Estas eventualidades te hacen sentir como los niños jugando a Indiana Jones en busca de un trabajo digno…
¡Perdón!. ¿En que estaría yo pensando?
Poco rato después encontramos el desvío a la Chorrera Chica, que tiene un grave inconveniente… ¡Hay que bajar jod…lines!
El dicho expresa la seguridad de que todo lo que sube, tiene que bajar, pero en el monte, se traduce en que todo lo que bajas, luego tienes que subirlo, y esooooo… como que noooo… mola nada de nada.
Otra vez tengo que decir; ¡en fin!

Todo sea por las vistas… Del rio, no del Papo, que aunque es un tipo muy querido por mi, no viene al caso ponerse a admirarle.
Últimamente le estamos cogiendo vicio al tema de saltar ríos






Pero es que hay sitios que merecen la pena el esfuerzo, como la Chorrera Chica
Que se lo pregunten a Diego.
La mejor foto siempre hay que buscarla.


A partir de este punto en el que la mayoría se da la vuelta, nosotros debíamos seguir, pasase lo que pasase…

…Y comenzó a pasar.
Empezó a chispear de manera suave, así que optamos por ponernos el poncho, y aquí quiero incluiros algo que hace mucho que no pongo, un Senderoconsejo; Mejor poncho que chubasquero. Son fáciles de poner y quitar, cubren todo el equipo y a vosotros hasta las rodillas, y os valen de toldo en caso necesario.
El caso es que la lluvia comenzó a transformarse en granizo…
En muuuucho mas granizo…
Y nos convirtió en serpiente multicolor como en la vuelta ciclista a España.
Ahora que nadie me escucha, lo que de verdad parecemos es el contenedor de plásticos de un veredero. ¡Que grima!


Llegamos al nuevo cruce del arroyo del Chorro, donde la tormenta amaino y pudimos descubrir todo lo que nos había caído.


Por suerte era piedra pequeña, por que si llega a ser del tamaño de garbanzos, no se nos van los chichones en tres semanas


El aspecto del terreno, ahora, era de sierra nevada.
…Y como seguía amenazando el cielo, seguimos con los ponchos hasta el collado del Chorro (aquí todo tiene nombre de chorro, chorrera,… ¡que poco originales! Esto, un diseñador vanguardista te lo renombra, y vaya la diferencia. Imaginaos el arroyo de los efluvios, o la efusión incipiente. ¡No hay color!)


Quería salir el sol, pero solo estaba jugando al gato y al ratón

Ahora no hace falta que os diga lo de las piedras con musgo. Total, aquí ya no os quedan fuerzas para cogerlas…






Una vez atraveséis el robledal…




 








…la ultima cuesta hasta el collado del Chorro.
Y el último poste indicando la subida al Rocigalgo, la mayor elevación de la provincia de Toledo con 1444 m.
Aprovechad esta pradera para reponer fuerzas y descansar, ya que la subida es muy empinada, y larga.
Esta será la segunda dificultad que tuvimos que afrontar en la ruta, tras la de las cornisas. Pero, y es mi opinión, aunque fue una subida dura, lo peor se nos quedo para el final.
Antes tuvimos que afrontar una experiencia, que os aseguro, no habíamos sufrido antes de llegar a estas tierras.

     Comenzamos con la subida, que se llevaría su tiempo
Os sigo repitiendo lo de todas las salidas. Las subidas deben hacerse con paso corto pero con ritmo constante aunque sea lento. Apoyad totalmente  la planta del pie, y si mirar hacia arriba os deprime por lo que os queda... mejor mirad al suelo.
Últimos metros de los últimos componentes.
…y por cierto, mirad lo que se nos avecina al fondo…





Papo el primero en coronar.
Lo cierto es que las vistas desde aquí son espectaculares, y en la vuelta serán mejores aún, pero eso… mas tarde.
Lástima que este todo lleno de vallados.
Creemos que son cotos privados y además de caza, y como no estamos por la labor de la cinegética, nombre excesivamente rimbombante para el cruel hecho de matar animales con la convicción de que es un… ¿Qué es la caza?.
A lo que vamos, que contéis con nosotros para oponernos a la caza de animales… Perdón, para oponernos a que los animales de gatillo cacen al resto de seres vivos.
Nosotros también coronamos el monte, y si pongo la foto, no es por vanidad, es porque lo de atrás se acercaba y de que manera…
Parece que se levantaba algo de fresco, así que decidimos ponernos a comer sin perder más tiempo por si nos granizaba otra vez.
Pero a cada minuto que pasaba, parecía que la temperatura descendía un grado.
.- Parece que se levanta algo de relente…
 
¡Jod…lines con el relente!
Os aseguro que la temperatura bajo de golpe más de 12 grados.
Fijaos en las manos de Ita. No pudimos ni terminar los bocadillos y apenas podíamos colocarnos los ponchos..
Un aire gélido cubrió el monte y comenzó de nuevo el granizo o agua nieve, y lo peor es que las manos se nos quedaron heladas, prácticamente, en 5 minutos. Tuvimos que salir huyendo buscando refugio en terrenos más arbolados y más bajos.


     Lo curioso es que los ponchos, al no transpirar hacen el mismo efecto a la contra, es decir, nos sirvieron de corta vientos y consiguieron que el aire gélido no traspasara y sufriéramos este extraño fenómeno de manera más severa.
Fijaos la ‘boina’ que se nos colocó encima.
Un momento de la huida. Solamente cuando nos arropo un poco la vegetación, comenzamos a sentir algo de alivio.
Tuvimos que esperar bastante rato para poder volver a parar, pero tampoco nos duro mucho.
Luego os lo cuento.


Nos encaminamos hacia la cuerda de la Sierra Fría para acometer la vuelta.
Quiero deciros que a partir de este momento, todo era desconocido. No pudimos documentarlo en internet, y las guías de la caseta tampoco nos contaron mucho más aparte de que tenía cierto grado de dificultad.
El caso es que seguimos las rodadas y el track que había marcado en el GPS, y ¡Hala! a la aventura.
…Mejor día no pudimos elegir para aventurarnos a descubrir nuevos caminos.
Pero mejor ruta para volver, tampoco creo que encontréis.
Las vistas desde aquí son excepcionales, y las marcas de vehículos, imaginamos que los encargados del mantenimiento de la antena del Rocigalgo, delimitan bien la ruta. Y, aunque es un continuo sube y baja, se hace relativamente cómoda.
Parecía que la tormenta se iba a quedar estancada sobre nosotros, y durante un buen rato, una fina y persistente lluvia nos quiso hacer compañía.
Nos tomamos este tramo con calma y lo hicimos en grupos sin mucha algarabía. Por un momento, parecía que el tiempo nos había contagiado cierta melancolía.
Lo de los plásticos para el agua, me sigue pareciendo los restos de un botellón, o el cubo de basura de un todo a 100.
Desentonamos mas que el suelo alicatado del comienzo.
Vamos acercándonos a la última subida del recorrido, que aunque impresiona. Luego no es para tanto.
Una vez coronamos esta subida, el tiempo despejo algo, por lo que intentamos hacer una nueva parada y reponer fuerzas.
...Pero hoy no era día de tregua para nosotros, y de nuevo amenazaban nubarrones cargados de agua.
Por cierto, y que sirva de aviso a navegantes, el camino sigue detrás de mi. A unos 100 m. hay que desviarse a la izquierda para dirigirse de nuevo a las rocas de la cuerda a cuyo pie esta el verdadero camino de vuelta.
El caso es que les prometí a todos 15’ de descanso, y pudimos estar apenas 5’. De nuevo el frío (con menos intensidad que antes) y el agua nos desalojaron de esta zona.
A partir de este punto, comienza la parte mas dura de la ruta. Resulta paradójico que ahora que todo el camino es cuesta abajo, sea cuando mas sufriéramos, pero la combinación de varios factores hizo que este tramo se nos hiciera largo en exceso



La bajada se prolonga durante unos 6 Km aproximadamente...


El firme es totalmente desigual, con piedra suelta....


Algunos tramos son excesivamente pronunciados...
Y otra vez venían tirando el agua a cubos.
¡Que manía nos cogió el tiempo!


Pero ya no nos fiamos y nos quedamos con los ponchos puestos hasta el final...


Nuestras rodillas y gemelos, comenzaban a pedir socorro a gritos.

Por cierto cuando digo gemelos me refiero a los músculos de la pierna, que mis hijos son mellizos y aunque Marco se quejaba con razón, aguantaba como los demás.
Ultimo obstáculo a superar.
El nivel del arroyo había crecido, y tuvimos que improvisar un paso echando piedras al rio.
Y por fin llegamos a los coches, donde la climatología volvió a burlarse de nosotros, sacando un magnífico sol a relucir, y un cielo despejado que ya hubiéramos querido para nosotros.
El resumen es que fue una ruta durilla pero sorprendente. No puedo deciros que fuera un agradable paseo, pero si que es amena, variada y vistosa. Pudimos contemplar unos ciervos, un águila real, y algún que otro animalejo paseando por aquí.
Os dejo un enlace del track para el GPS, y os animo a acometerla, pero mejor no vengáis en verano.