viernes, 17 de agosto de 2012

120817 Museo del Tren

17/08/2012 Museo del Tren
     
Visita corta al museo del Tren en Madrid.
 Situado en el centro de Madrid, en el Paseo de las Delicias, 61
 Si podéis, mejor acercaos en transporte publico, porque en esta zona es prácticamente imposible aparcar gratis.
Hay una campa detrás del museo, pero como siempre que hay un sitio de estos en Madrid, indefectiblemente  nos encontramos con un yonki-gorrilla indicándonos que hay un sitio libre en el mismo lugar donde tu has visto un sitio libre, que por mucha propina que le des te sigue proporcionando mas inquietud que sosiego dejar tu coche bajo su encomienda. ¡Allá cada cual! ... Pero yo me voy a la zona azul, que como el museo es chiquitito, tardamos poco y vamos a salir comidos por servidos.
Voy a aprovechar para hacer una soflama de protesta contra las exhortaciones que con ánimo inculpatorio-acusativo recibimos constantemente desde el consorcio de transportes para viajar en transporte público; Estoy de acuerdo que el coche contamina, y si esa fuera la razón expuesta, me lo tomaría en serio, pero viajar en transporte público en Madrid no es barato. De hecho, nada barato. En cuanto somos mas de uno los que tenemos que trasladarnos a Madrid, sale mas económico pagar gasolina y parking (aunque sea la propina al yonki-gorrilla), que sacar billete de ida y vuelta de Fuenlabrada a Madrid, tanto en tren como en metro, así que si valoráis mas la opción ecológica, venid en cercanías, si os aprieta el bolsillo, y sois varios, echad cuentas.
Maqueta de la estación de Delicias
Este museo no es gratis, pero tampoco se nos hace excesivamente caro el importe de la entrada. Actualmente los precios son 5,09 € la entrada general y 3,56 € la reducida, para pensionistas, niños, etc.
Como os decía, no es un museo muy grande, aunque si te gustan los trenes disfrutareis un rato. La visita es muy rápida dado el tamaño de los elementos expuestos, por lo que no os llevará mucho tiempo el recorrido.
Me temo que este museo no es de los mas amenos a nuestro gusto, y creo que deberían esforzarse un poco mas en hacerlo mas atractivo al publico.
Es cierto que exhibe elementos de gran valor histórico, pero esta exposición cuenta con varios handicap.
Esta expresión se me ha quedado grabada desde que uno de mis jefes me la soltó y os cuento la anécdota; Resulta que un nuevo jefe que aterrizo en mi antigua empresa, me promocionó a comercial de calle, y como novato que era, me asignaron los clientes desperdicio, o lo que es lo mismo, lo que nadie quería y los deshechos del mercado.
Después de unas semanas de visitas y de acostúmbrame a salir con la cara colorada de estas, al reunirme con uno de los dueños y relatarle el estado lamentable de mi cartera de clientes  y describirle que entre los que no pagaban, los  que habían salido tarifando con nosotros por que se la habíamos jugado, y otros porque éramos nosotros los que les bebíamos dinero, mi resumen de la herencia recibida fue constatar, certificar y legitimar que no compraban, y mejor que siguieran así para beneficio e higiene financiera de su santa empresa. Evidentemente y después de muchos comerciales algunos de ellos con muchos años de profesión, ya le habían hecho llegar la misma conclusión, pero a mi me respondió:
.-“A lo mejor ese es tu handicap”
.-“ Y A LO MEJOR EL TUYO ES ENCONTARTE EL CEREBRO POR LAS MAÑANAS, CONSEGUIR QUE FUNCIONE Y DESPUES LLAMAR A TU SANTA MADRE PARA QUE SE DUCHE”.
...Tenéis razón, esto no se lo dije, pero lo pensé muchas semanas.
...No os he dicho que a cada cliente le acompañaba una cifra de venta de esas de por c..j..n..s que evidentemente no pude cumplir y no me pagaron objetivos.
¡En fin!...
Por cierto, handicap (que por supuesto tuve que buscar la definición concreta por si el susodicho jefe sabía lo que quería decir), significa dificultad a superar.
 ¡Al lío!. Entre las pegas que podemos sacarle al museo, la principal es la de no permitirnos la visita al interior de los vehículos salvo al vagón del TALGO y una maquina a Vapor.
Es cierto que podrían sufrir algún deterioro, pero con un servicio de mantenimiento apropiado, y las restricciones de acceso a zonas peligrosas, ganarían muchos puntos en cuanto a la afluencia de público, sobre todo el infantil que al final es el que decide, en la familia, lo que hay que visitar.
Otro inconveniente es el tamaño. La estación de Delicias inaugurada en 1880 no es muy grande, o no por lo menos para albergar piezas tan grandes como son los trenes.
Se nos hace escasa y seguro que hay montones de maquinas y vagones que no podemos disfrutar por no disponer de mas sitio físico.
Además echamos en falta piezas mas antiguas, que aunque no sean originales, bien podrían disponerse replicas que nos muestren los orígenes del ferrocarril.
Alguna miniatura del funcionamiento de maquinas, calderas, etc. en movimiento constante,  nos harían comprender la complejidad y ‘milagro’ del vapor, o la electricidad.
Un tercer reclamo que se nos antoja en falta es la del enfoque infantil. Demasiado serio el museo, y reiterando lo que os decía sobre quien decide, hoy en día es primordial que los niños encuentren ameno cualquier lugar que visitemos ya que la mayoría de salidas las hacemos contando con los gustos de los príncipes de la casa.
Es cierto que la sala de maquetas, y las mismas maquetas que iremos viendo durante el recorrido son espectaculares, pero no estaría de más utilizar los pequeños trucos como los que encontramos en los museos de ciencias, donde tocar es lo que enseña y a la vez engancha.
Nuestro orgullo nacional, el AVE, tampoco tiene representación aquí, y aprovechando las vías, nos hubiera gustado montar en alguno de los viejos vagones del metro que durante tantos años nos han servido bien.
...Y aunque lo de aparcar también nos supone un inconveniente, no sacaremos mas pegas ya que la visita sigue mereciendo la pena y no queremos desanimaros.
...No obstante, dejo la idea en el aire por si alguien quiere cogerla...
Si queréis que la mañana resulte más interesante, visitad la pagina del museo, http://www.museodelferrocarril.org . Os proporcionara una información valiosísima que no encontramos en la exposición, y que creo que deberían mostrar aquí también.

Antes de entrar en el museo, nos encontramos con esta maquina la aire libre, que nos da la bienvenida al museo.


Entramos al edificio y antes de pasar por taquilla, que encontrareis a la izquierda, y que además es la tienda de recuerdos todos ellos relacionado con el ferrocarril, nos topamos con este artilugio al que no hicimos ni caso, en un principio, y que luego os cuento para que vale.
La exposición podéis comenzarla por donde queráis ya que no esta definido un camino estricto para avanzar por ella, pero si hay un orden de colocación de trenes que distinguiréis enseguida.



-           * Locomotoras de vapor en el anden de la derecha
-          * Locomotora eléctricas en la vía paralela a la derecha del anden central
-          * Locomotoras y automotores diesel en la parte izquierda del anden central
-          * Trenes y coches de viajeros en el andén de la izquierda.

No os voy a poner información especifica de lo expuesto, ya que es la única gracia que nos concede el museo a parte de las pequeñas salas laterales que os iré mostrando.
Nosotros hemos comenzado por las maquinas a vapor para seguir un orden mas o menos cronológico.
Una de las pocas ‘glorias’ que nos dejan tocar.
No puedo confirmaros si esta maquina es original en su totalidad o le falta algún elemento.
Se nos antoja muy sencilla, pero mola tocar válvulas y ruedas.

El recorrido esta salpicado de elementos accesorios a la infraestructura ferroviaria y su logística como esta bomba contra incendios.


Maquinas de diversos tamaños. Desde las mas pequeñas...
...A los mastodontes.
¿Cuánto carbón consumiría esta locomotora?


En este andén de la derecha podemos descubrir una sala en la que se muestran diferentes relojes del mundo ferroviario.
Y veremos otra habitación con varias maquetas espectaculares. Juegos de luces, vías, trenes en movimiento automático y detalles que os sorprenderán.
Un autentico juguete para padres, por que si lo tuvierais en casa, no dejabais acercarse a lo nenos a menos de 50 m.
Por cierto, si increíble es ver las maquetas, igual de increíble es ver al personal de mantenimiento de las misma, ...y ahí lo dejo...
Salimos y seguimos descubriendo mas trenes a escala con detalles que a veces superan a los originales.

Un balancín original nos demuestra que estos artilugios no eran solo patrimonio de los dibujos animados o de las películas del oeste. Es España se denominaba “Zorrilla”

Si salimos a la calle por la puerta contraria a la de entrada, veremos un antiguo ‘coche cama’ de pasajeros, convertido en cafetería totalmente adaptada y con un toque retro, que invita a la confidencia y la intriga. Pero como mis hijos la única intriga que tienen es si les voy a comprar chuches o no, mejor volver con otro tipo de compañía.



¡Pedazo de rueda!


Subimos por el andén central y comenzamos a ver algunos vagones de pasajeros

Cambiamos de época y llegamos a las maquinas diesel.
Otra vez las pequeñas....


...Y las más grandes
Todas estas las he visto funcionando durante muchos años.
Vivía en Leganes, al lado de la estación, y de pequeños nos entreteníamos viendo pasar trenes. Sobre todo de mercancías, arrastrando decenas de vagones. A veces los convoyes llevaban dos maquinas en cabecera y alguna mas detrás.
Lo mas espectacular era ver los trenes con vehículos militares, ya que nuestras vías comunicaban directamente con las de Cuatro Vientos y Campamento, y cientos de tanques y vehículos artilleros pasaban por aquí camino de alguna maniobra.

Nos detenemos en las grandes maquinas movidas por electricidad.



Maquinaria analógica.
Quedaban muchos años aún para que aparecieran sistemas digitales de control.
Tenia que ser la caña manejar estos gigantes con palancas y válvulas sin el preciso control de un ordenador.


¡Por cierto! Más espartanas no pueden ser las cabinas.
Imagino que los diseñadores pensarían que cuanto mas incomoda la cabina del maquinista, menos opciones de que se durmiera durante el viaje.
O eso, o son ganas de fastidiar al prójimo, porque el respaldo se me antoja un poco durillo. Bueno... que si lo piensas bien... una espalda recta es lo mejor...

Los antiguos cercanías que tantas veces me han llevado a Atocha para patear Madrid.


Los interprovinciales...
Original


...Y maqueta
Llegamos al TALGO y en el nos detenemos un buen rato. Este si nos dejan visitarlo por dentro, y no es para menos puesto que durante muchos años fue la revolución y el exponente de la tecnología nacional.
...Aprovecho para mandar un recuerdo a mi amigo Juan Rosas Berlanga, ya que durante unas vacaciones en las que me invito a su tierra, puede disfrutar del único viaje que hice en TALGO. Reconozco que en un vagón algo más moderno, pero la carcasa me parece que es la misma.
¡Como pasa el tiempo...!

Y en tren mas rápido...

Y ya en TALGO no te cuento...
Pasamos a los vagones de pasajeros.
A través de cristales nos dejan intuir una época y una forma de viajar.
Nos hubiera gustado sentirla, pero no puede ser...
Disponemos de una habitación donde conoceremos diverso material utilizado en las vías, edificios y demás infraestructuras.





Así como el mantenimiento de las mismas…




Podremos comprobar cómo viajaban las distintas clases sociales, eufemismo que utilizo para evitar tener que reflejar la cruda realidad social que nos divide en ricos y pobres.
Últimamente se ha querido instituir un ente indefinido denominado clase media que engloba a todo aquel que por un lado no se muere de hambre y por otro nunca llegara a dejar de ser esclavo… Remunerado, pero esclavo de esta implacable sociedad capitalista que como un remilino nos aboca al fondo por mucho que intentemos nadar para salir de el y
¡Otra vez estoy en los cerros de Úbeda!
Al lio…




Nuevo vehículo de mantenimiento
...Y un último vagón de madera con esa especie de balconada que tanto plano ha chupado en las películas, pero que en realidad, creo, estaba prohibido utilizarlo con el tren en marcha.


Salimos a visitar el enclavamiento de Algodor, una pieza clave en el control de vías y accesos para las redes viarias con mucho tráfico.
Este concretamente proviene de Algodor (pertenece a Aranjuez) y estuvo operativo durante 70 años hasta que fue sustituido por uno electrónico. Su historia es muy interesante y en la web del museo la explican mejor que yo.
Desde aquí vemos la parte posterior de la estación, el vagón convertido en la cafetería que os comentaba y otra máquina auxiliar de mantenimiento.


Antes de existir los pasos de vía subterráneos, se cruzaba por estas pasarelas de traviesas de madera.

También disponemos de una sala de proyecciones que nos muestran diversos documentales de la historia ferroviaria española.
Pero se nos está haciendo tarde, y tengo que renovar el papelito de la zona azul, así que vamos pensando en marcharnos. La visita da para el tiempo que os queráis entretener, pero a nosotros se nos hace corta. Tal vez habiéndola programado con antelación consultando fechas en la WEB o viniendo sábado en la que podréis montar a los nanos en los trenes de jardín (si no sabéis lo que son, buscadlo que os parecerá interesante.), nos habríamos divertido mas.
No quiero dar a entender que sea una visita aburrida, al contrario, es agradable, amena y didactica, pero han de darle mas contenido si quieren que sea un museo de referencia.
Nos vamos a casa y como lo prometido es deuda, os cuento que la maquina que nos recibe en la entrada es una acuñadora de recuerdos. Por un euro, os convierte una moneda de 5 Cts. en esto:
Nos encanto el detalle además de ser bastante económico.
Nos vemos,
Besos